miércoles, 9 de marzo de 2011

Recorre la milla extra

“Si alguien te pide que camines una milla, anda con él dos” 

J e s u c r i s t o



Esta frase la dijo Jesús sólo una vez durante su ministerio: en el Sermón del Monte. Sin embargo, encierra para nosotros una poderosa enseñanza acerca de cómo debemos ver el trabajo o el esfuerzo que ponemos cada día en nuestras actividades.   

Recorre la milla extra: significado 
 
Jesús estaba hablando a hombres y mujeres judíos, personas que en su gran mayoría eran de la clase trabajadora: pescadores, agricultores, carpinteros (como lo había sido Jesús), recaudadores de impuestos, artesanos. En resumen, eran personas que trabajaban para vivir, y pagar sus deudas de impuestos al Imperio Romano, que estaban bajo el sistema farisaico, en el que las personas comunes y corrientes eran consideradas "malditas" por no conocer "tanto" de la Ley de Moisés y Oral (cargada de tradiciones no basadas en las Escrituras) como los sacerdotes y fariseos. Ellas estaban ahí, cerca de Jesús, para que Él les enseñara y guiara, se sentían atraídas por la paz y el amor que les transmitía el Señor.

¿Qué enseñarles a esas personas que les fuera de valor, que les sirviera en su vida diaria? Jesús enseñó cosas profundas acerca de Dios, pero también enseñó principios prácticos. Por eso, después de haber hablado sobre la felicidad, ser la luz del mundo y prevenir el adulterio, Jesús sencillamente dijo:

A cualquiera que te obligue a llevar carga 
por una milla, ve con él dos  

Mateo 5:41, Versión Reina Valera 1995 

Jesús estaba hablando de una práctica común en sus tiempos. Los soldados romanos que ocupaban el país podían obligar a cualquier transeúnte a llevarles su carga hasta por una milla (como 1.5 km). Imaginémonos por un momento que somos un judío o una judía de tiempos de Jesús, y hemos trabajado todo el día. Ahora vamos de regreso a casa, estamos cansados y lo único que queremos es llegar a casa, comer, dormir... pero vamos caminando y de repente, en el camino aparece una cuadrilla de soldados romanos, que son hombres paganos y gentiles, y nos piden que les llevemos su pesada carga una milla. ¿Cómo nos sentiríamos? No podemos negarnos a hacerlo, porque si lo hacemos, nos multan o nos mandan a la cárcel. 
  
Seguramente cuando Jesús expresó esta frase de "recorrer una milla", muchos debieron haber recordado que les pasó exactamente eso: que vino cualquier soldado romano un buen día, estando cansados, y les obligó a llevarles la carga. Sin embargo, Jesús, el Rabí, les está enseñando algo impactante: que cualquiera que los obligue a recorrer una milla, ellos estén dispuestos a recorrer una milla extra.

El punto es, según lo indica Jesús, es que uno estaba obligado a caminar una milla, pero Él nos enseña a tener la actitud de hacer más de lo que estamos obligados a hacer. Sí, porque si uno camina la primera milla, lo hace por obligación, y al caminar la segunda milla, lo hace por voluntad propia.    


Recorre la milla extra: significado práctico 

Jesús estaba revelando el secreto para tener éxito en cualquier trabajo. Este principio que Él enseñó no podemos considerarlo "religioso" ni espiritual. Él no dijo "si recorren la milla extra, Dios los premiará con esto y aquello". Él expresó un principio que funciona en todo aspecto de nuestra vida, trabaja para todos, inclusive para los que no creen en Dios. Hay personas no creyentes en Dios que son exitosos, precisamente porque siguen esta ley.
 
Excelencia. Dar más y mejor. Ese es el significado de lo que Jesús enseñó al decirnos que recorramos la milla extra. Es un hecho comprobado que quien se limita a hacer sólo lo que le piden o está obligado a hacer, no tiene éxito. Es una persona promedio, se parece a todo el mundo. Es una persona que se conforma con lo mínimo, sin mayor nivel de exigencia. Por consiguiente, sus ingresos de dinero son promedio, y la calidad de su vida es promedio. 
   
Recorrer la milla extra, en sentido práctico, significa que tenemos la actitud de dar lo mejor de nosotros mismos, de poner ese extra en todo lo que hagamos, independientemente de si obtenemos beneficios inmediatos o no. Quien hace lo que está obligado a hacer, sólo recorre una milla, por decirlo así. Quien hace lo que tiene que hacer y hace más y mejor de lo que se espera de él o de ella, y lo hace de buena gana, por voluntad propia, aunque no tenga beneficios tangibles en el momento, es el que recorre la milla extra. 

Jesús mismo es ejemplo de recorrer la milla extra. ¿Recuerda cuando convirtió el agua en vino? ¿Cómo era ese vino? En el evangelio de Juan 2:6-11 tenemos la respuesta:

Había allí seis tinajas de piedra, de las que usan los judíos en sus ceremonias de purificación. En cada una cabían unos cien litros. 

Jesús dijo a los sirvientes: 

—Llenen de agua las tinajas.

Y los sirvientes las llenaron hasta el borde.
 

—Ahora saquen un poco y llévenlo al maestresala —les dijo Jesús. 

Así lo hicieron. El maestresala probó el agua convertida en vino sin saber de dónde había salido, aunque sí lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua. Entonces llamó aparte al novio y le dijo: 

Todos sirven primero el mejor vino, y cuando los invitados ya han bebido mucho, entonces sirven el más barato; pero tú has guardado el mejor vino hasta ahora.
 

Ésta, la primera de sus señales, la hizo Jesús en Caná de Galilea. Así reveló su gloria, y sus discípulos creyeron en él.

El vino en la fiesta se acabó. Ya era muy tarde en la noche, y la gente probablemente ya estaba "pasada" de tragos. María, que conocía a los novios, intervino para evitarles el bochorno de que se acabara el vino antes de que acabara la fiesta, y por ello, pidió a Jesús que hiciera algo. Él entonces convirtió el agua en vino. El simple hecho de convertir agua en vino ya era de por sí un milagro. Sin embargo, era el primer milagro de Jesús, y sirvió de señal, para que sus discípulos creyeran en Él. Por eso vemos que mandó a que el maestresala, el director encargado del banquete de la boda, probara el vino. Tras probar el vino, llamó al novio y le dijo en pocas palabras "eres diferente, porque todos los novios sirven primero el mejor vino y luego el más barato, pero reservaste el mejor vino hasta ahora tarde en la noche".

Evidentemente, fue Jesús quien hizo la diferencia en ese banquete. Y lo hizo suministrando el vino mejor, el excelente. ¿Captamos el punto?


Cuando somos personas de excelencia, que estamos dispuestas a dar sólo lo mejor, marcamos una diferencia. Somos diferentes al resto de las personas. Notemos que el maestresala le dijo al novio, en pocas palabras, que él no sirvió en su fiesta el vino barato, sino el excelente. Jesús nos enseñó a tener la actitud de excelencia, de dar más, de ser mejores, aun cuando no tengamos beneficios en el principio, puesto que si mantenemos una actitud de excelencia, Dios atraerá lo excelente y mejor para nuestras vidas.

Quizás alguien razone dentro de sí, diciendo: "esto de recorrer la milla extra en mi trabajo, o en mis negocios, o en mis estudios, sin nada a cambio, ¿funciona?". Sí, funciona, porque es un principio, y los principios son eternos y universales, se mantienen autovalidantes. 

Tener la actitud de excelencia que aconseja Jesús nos beneficia. El único medio cierto de triunfar es rendir más y mejor de lo que se espera de uno. Éste es un hábito seguido por todas las personas de éxito desde el principio de los tiempos. Por el contrario el camino más seguro para la mediocridad es realizar solamente el trabajo que hacemos por obligación. 
  
No piense que le están engañando si rinde más de lo que se le paga. Cuando uno hace más de lo que le pagan, aprende y se convierte en un experto y eso le hace ganar más dinero. Si el actual empleador no le recompensa lo hará el siguiente y con creces, simplemente porque valdrá más. Sí, quien tiene la actitud de recorrer la milla extra, vale más.
 
Al caminar la milla extra entra en efecto “La ley de acción y reacción” que es infalible. Esto quiere decir que todo el esfuerzo que uno hace no se pierde, regresa en forma material. Si no regresa de inmediato, lo hará mañana multiplicado por diez. 
 
El concepto es simple: “Da lo mejor de ti al mundo y el mundo te va a regresar lo mejor”. 

Cualquiera que utilice este método será siempre el número uno en cualquier tipo de trabajo y lo maravilloso de esta ley es, que lo que aprendes recorriendo la milla extra te pone en un nivel superior, donde hay menos competición.

Este principio se aplica no sólo al aspecto económico. También trabaja en tus relaciones personales. Un padre que camina la milla extra en su función de padre tendrá hijos exitosos. Un cónyuge que camina la milla extra por su pareja, tendrá una relación feliz. 

La única verdad es que todos los secretos para ser feliz, aprender, prosperar y encontrar lo que realmente va a cambiar tu vida, está reservado para aquellos que recorren la milla extra. En la parábola de los talentos, ¿a quiénes premió el Amo? A los que duplicaron sus talentos o monedas, al que no se esforzó, ninguna recompensa le vino, sino juicio y humillación.

Jesús es el Gran Maestro y Pastor. Y nos dejó este principio como enseñanza, cuya aplicación diaria nos hará ser diferentes, y es parte de ser la "luz del mundo". Son innumerables los beneficios de recorrer la milla extra. Y como todo lo que Jesús enseñó es verdad, este principio es verdadero y funciona. Pongamóslo en práctica.