miércoles, 23 de marzo de 2011

Tener paz con Dios

http://sn2files.storage.live.com/y1paaU9yBA1xo65aeow-xFkNRexuO1y_uTCz88WqlS4PZQ9XMT-mQJM4C21Ff4pMLj4WhCgB8WANik¿Es posible tener paz hoy día?  Vemos las noticias, acontecimientos como la guerra en Libia, el desastre nuclear en Japón, el aumento de terremotos y desastres naturales, y naturalmente, la pregunta es: ¿puedo tener paz?  ¿puedo dormir tranquilamente esta noche y levantarme mañana en paz?

En Dios podemos descansar, sentirnos protegidos, cuidados, como si fuéramos la "niña de sus ojos". En Dios tenemos paz, no cualquiera: la paz de Dios, ese estado de calma y serenidad, como la que se siente al ver un arco iris, o una hermosa puesta de sol. Hay sosiego, tranquilidad, como si una suave brisa nos acariciara el alma. ¿Ansiedades, angustias, preocupaciones? El Padre se encarga de eso.

En Jehová, el Padre, tenemos paz, porque Él demuestra Su amor, nos provee, hace descansar el corazón y la mente. En Su Presencia, tenemos luz, verdad, amor. ¿Qué podemos hacer para tener paz con Dios?

Que la Palabra de Dios nos fortalezca

Tener la paz de Dios requiere acción. A Josué, hombre que vivió los 40 años de Israel vagar por el desierto y fue el líder de Israel durante la conquista de la tierra prometida, le dijo Jehová que leyera la Ley de Dios "día y noche, musitándola". Josué debía llenarse de las palabras de Dios, reflexionando en ellas, visualizando su resultado.   

http://www.cordimariana.org/wp-content/uploads/2009/05/pastor.jpg
De modo parecido, al leer y meditar en las Escrituras, recibimos consuelo, o las fuerzas cuando nos encaramos a problemas. Lee el Salmo 23, o el 91, y reflexiona en esas palabras. Imagínate la ternura del pastor tomando a una oveja, que tal vez está algo dolida o lastimada, y visualiza al pastor untando con aceite sus heridas. Eso no lo puede hacer la oveja por sí sola, ¿cierto? Así es Jehová, el Pastor. No importa si estamos lastimados, o cansados, Él puede tomarnos en Sus brazos, y untar nuestras heridas con el aceite de Su amor, y curarnos, dándonos consuelo.

No importa qué situación estemos pasando en este momento. Siempre hay una salida. Orar a Dios, buscar Su guía, y dejarse guiar, y sentir Su amor, es la mejor manera de tener paz, paz con Dios.